Off-topic: Misteriosa Navidad.

Hay días en que el universo parece querer conspirar con algún fin que se te escapa. ¿Conspira a tu favor o en tu contra? No lo sé, uno de esos escritores súper ventas en libros de autoayuda diría que el universo siempre conspira a tu favor pero yo no estaba tan segura de eso. Fuera a favor o no, esa mañana era uno de esos días. Ginger, mi gatita, estaba más cariñosa de lo habitual en ella, que no es que lo sea demasiado todo sea dicho. No es arisca, eso tampoco, simplemente le gusta hacer su vida, ir a su bola. Algo que a mí ya me va bien, yo también soy así. Si al final va a ser cierto eso de que las mascotas se acaban pareciendo a sus dueños. Aunque en este caso no había dueño y mascota, pues no sabría decir quien adoptó a quien. Simplemente la encontré en mi puerta, creí que se habría perdido y le ofrecí refugio pensando que alguien la reclamaría, pero no, nadie lo hizo. Debí caerle bien, porque sigue conmigo. De hecho se ha convertido en la relación más larga que he tenido con otro ser vivo.

Como iba diciendo antes de empezar a divagar, hoy todo era como un cartel luminoso que me llevaba en una dirección, aunque no caía en cual.

De camino al trabajo, al pasar por la cafetería híper mega pija, todos los oficinistas llevaban una extraña y poco habitual sonrisa en sus caras, además de la consabida huevera con los cafés, hoy en vasos de colores rojos y verdes. Juraría que incluso el ejecutivo con el que me cruzo cada mañana (cruzarse es un decir cuando, literalmente me arrolla cada día) hasta se ha disculpado con una sonrisa. Y su sempiterna corbata gris marengo brilla por su ausencia, sustituida por una más alegre y festiva.

¿Alegre y festiva? Pero, ¿en qué mundo vivo últimamente? ¿Es posible que ya estemos en diciembre? Sí, va a ser eso, es lo único que explica todas las evidencias que he ido observando. Supongo que he estado tan absorbida por mi nueva situación que no he prestado la atención que debía al calendario. Algo que debe ser general en la oficina, pues nadie ha hecho referencia a las fechas festivas que se avecinan. Habrá que decorar las oficinas, organizar la habitual cena navideña de la junta directiva, preparar el sorteo del amigo invisible… ¡¡Por cosas así es por lo que le sugerí al jefe que necesitábamos un departamento de organización de fiestas fin de caso y eventos!! Incluso llegue a postular al cargo. Pero el gran jefe me dijo que a Escenario del Crimen y que si quería organizar eventos lo hiciera en mi tiempo libre. Justamente de lo que voy algo escasa estos días. Sólo de pensarlo empiezo a hiperventilar. Mi día se evapora entre elaborar algunos informes que llevo atrasados y comprobar que el maletín que utilizo para procesar los escenarios este siempre repuesto y no le falta nada que pueda necesitar ya que nunca sabes en qué momento un muerto te va a complicar el día. Además, me había inscrito en un seminario sobre perfiles criminales y análisis de conducta que impartía el Dr. Spencer Reid, del F.B.I. Por suerte es on line, por desgracia, la diferencia horaria con Quántico hacía que mi, ya de por sí, persistente insomnio no mejorara, precisamente.

Y por si fuera poco me había comprometido, como cada año, en la preparación del calendario que, por motivos benéficos, sacaba el cuerpo de Bomberos de la ciudad. Ejercía de estilista y de ayudante de la fotógrafa, una de las mejores que he conocido y que, casualmente, es la señora del jefe Ryder. Cada año superan con creces el reto y colgábamos el cartel de agotado en un abrir y cerrar de ojos. Y cada año hacían muy felices a familias desfavorecidas, que gracias a los cuerpos de infarto de algunos bomberos, podrían tener unas fiestas algo menos grises y tristes. Llegué a sugerir en la última reunión de la junta directiva, que podríamos sacar nosotros nuestro propio calendario benéfico, pero… me temo que mis compañeros no estuvieron demasiado por la labor. Lo entiendo, las comparaciones siempre son odiosas, pero lo serían más en este caso. Yo los aprecio mucho, a mis colegas y compañeros, pero no encontrarías tabletas de chocolate en sus cuerpos… Son sus mentes su mejor arma. Y esas no salen en las fotos…

Tenía que aceptar que quizás estaba empezando a morder más de lo que podía tragar. Había llegado el momento de pedir ayuda, de delegar tareas.

Al entrar en la oficina me sorprende no encontrar al agente Rabbit en su puesto. Justo hoy que le traía unas galletas especiadas, sus favoritas. No le doy importancia, posiblemente esté en el almacén clasificando pruebas nuevas. Le dejo las galletas encima de la mesa, cruzando los dedos para que no se las coma todas a la vez y tengamos que volver a llevarlo a urgencias, como la última vez que la ya no tan pequeña Baby Boniatus pasó por aquí.

Me dirijo a mi despacho, pero veo que Jack ya está en el suyo y cambio de idea, necesito comentarle algunas ideas locas que se me han ocurrido.

-Jack, ¿tienes un momento o estás muy liado? –pregunto, sabiendo que estará muy ocupado, como siempre, pero que me dedicará el tiempo que sea necesario.

-¡Buenos días, Jengibre! No más ocupado de lo habitual, pero tranquila, pasa y siéntate. –le oigo decir desde detrás de la montaña de papeles que se acumulan encima de su mesa. -¿Un té? –me ofrece al observar que no llevo mi habitual café en las manos.

-Te lo agradezco, pero ahora mismo no podría tomar nada. –Declino amablemente su ofrecimiento, me gusta el té casi tanto como el café aunque no muchos lo saben –Seré  breve. ¿Te has dado cuenta de que ya estamos en diciembre? Porque yo acabo de ser consciente de ello, y de todo lo que implica. Tenemos unas oficinas que decorar, una cena de empresa por organizar, eso sin contar que no hemos hablado de cómo vamos a organizar este año el amigo invisible. –empiezo a hiperventilar otra vez mientras voy relatando al jefe todo lo que hay que hacer y que está por hacer.

-Respira hondo, Jengibre. –dice él mientras no sé de dónde saca una bolsa de papel y me la acerca. –Toma y respira hondo. ¿Llevas el inhalador a mano o tenemos que avisar a la ambulancia?

Respirando profundamente dentro de la bolsa consigo recuperarme lo suficiente para sacar el inhalador que siempre llevo en el bolso, aunque también los tengo repartidos por la oficina, es lo que tiene ser asmática. Dos inhalaciones y vuelvo a respirar con normalidad.

-No te preocupes, encontraremos la manera, siempre lo hacemos, ¿no?

Sé que intenta tranquilizarme, pero no lo consigue. Es verdad, siempre lo conseguimos, si cuenta como decoración navideña tres triste bolas colgando de esmirriados espumillones. No necesito que la oficina se parezca a las calles de Vigo, quiero algo un poco más festivo y bonito de lo habitual. Pero no puedo hacerlo sola, quizás el agente Rabbit pueda echarme una mano.

Veo que sigue sin aparecer por su mesa, las galletas siguen allí, sin tocar. Eso es un poco raro, pero últimamente todos estamos tan ocupados, que seguramente él también tenga mil frentes abiertos.

Ya en mi despacho, más tranquila pero con la respiración algo agitada todavía, voy repasando mentalmente quién podría ayudarme. Sé que Zalaya ha pedido unos días por asuntos propios y el Profesor sigue en excedencia. Estaba pensando en él cuando me suena el móvil y, como si me hubiera leído el pensamiento, se trata de él. Pero no, no es su voz la que escucho al coger la llamada, sino la de su hija, nuestra doble B. Me llama para recordarme que el viernes por la tarde tiene el recital de villancicos, también para amenazarme con tormentos particularmente retorcidos y dolorosos si se me ocurre perdérmelo. Esta niña, tan pequeña y ya toda una mente criminal… Al colgar, no puedo evitar sonreír por primera vez en lo que va de mañana.

Sigo con mi ronda de consultas. Nicolás no ha aparecido por la oficina todavía, creo recordar que algo había comentado de una visita a cierto archivo polvoriento, buscando no sé qué sobre unas investigaciones que está siguiendo. A Parmacenda le he visto entrar en su despacho, coger su maletín y su gabardina y salir a la carrera hacia dónde quiera que fuera. Parecía tener prisa, así que o era muy urgente o llegaba tarde. Podría aventurarme a adivinar el motivo de tanta prisa, pero estaba dejando lo de teorizar sin pruebas.

Por suerte, Rasudoque sí estaba en su laboratorio, y no parecía demasiado ocupado, o no más de lo habitual en él. Así que llené dos mugs con café recién hecho, de mi mezcla favorita, la que tomaba cuando quería que todo saliera bien (la había bautizado como Félix Felices) y me dirigí hacia el departamento de Pruebas físicas.

Con las manos ocupadas no podía abrir la puerta, pero por suerte Rasudoque la abrió en cuanto llegue a ella.

-Buenos días, Jengibre. Ese olor a café recién hecho te precede. –me saludó cortés, cogiendo una de las tazas e invitándome a pasar a su despacho.

Me ha hecho reír, yo gastándome un dineral en un perfume exclusivo y resulta que el olor que me precede es el del café…  Aunque pensando en los olores a los que me tengo que enfrentar en mis escenarios, oler a café no es lo peor a lo que puedo oler…

-¿Qué te trae por aquí? –pregunta Rasudoque, pero como de pasada, como si no quisiera ser descortés.

-¿Has mirado el calendario últimamente, Doctor? –pregunto aunque sé que la respuesta será negativa. Él y yo habíamos llegado a la junta directiva con un mes de diferencia, así que los dos estábamos muy liados poniéndonos al día en nuestros respectivos departamentos. Además era más que evidente que no era su mejor momento en su vida personal.

-No demasiado, la verdad. ¿Me he perdido algo? –dice mientras se pone a buscar algo, no sé qué.

-Nada, no te preocupes. No es nada importante. –le miento, está más agobiado que yo. No es justo que le pida ayuda. Buscaré otra manera.

-Jengibre, nos conocemos lo suficiente para saber que no has venido hasta aquí con uno de tus mejores cafés sólo para charlar del calendario. ¿Vas a decirme que te pasa o tengo que ponerme a analizarte como si fueras una muestra de ADN? –Me dice él, acercándose a mí y mirándome a los ojos.

Es lo que tiene trabajar con los mejores investigadores de la ciudad, que no puedes esconderles nada. Así que le confieso que es navidad, que hay un montón de cosas por hacer y que no puedo con todo yo sola. Pero que no se preocupe, que encontraré la solución, que su vida ya es bastante complicada para meterle en más líos. Mientras le explico todo esto noto como empiezo a hiperventilar otra vez y unas lágrimas atrevidas empiezan a caer.

Rasudoque coge su teléfono y hace una llamada. No sé a quién ha recurrido, no escucho la conversación (no soy una cotilla) pero cuando vuelve, me ofrece un pañuelo y me dice que ya está solucionado. Por lo menos uno de los problemas. Que el jefe Barrientos nos manda una dotación de nuestros amigos bomberos para que me ayuden en lo que sea que necesite que hagan.

Bueno, la verdad es que se me ocurren muchas cosas, pero algunas no se pueden realizar en las oficinas… No, no penséis mal. Me refiero a que hay que ir a buscar un abeto y adornos. Entre otras cosas.

A los cinco minutos, las inconfundibles sirenas nos anuncian que han llegado los bomberos. No sé que les habrá dicho su jefe, pero está claro que se lo han tomado en serio. Sólo espero que no irrumpan en las oficinas como si de un incendio se tratara. Así que para prevenir posibles destrozos, cojo mi abrigo y mi bolso, no sin antes agradecer a mi compañero la ayuda prestada.

 

Por suerte por las mañanas el mercadillo navideño no suele estar demasiado concurrido, porque vaya si llamábamos la atención. Creo que unos turistas japoneses se pusieron a hacernos fotos sin parar. Yo ya no sabía dónde meterme, pero ellos encantados de la vida, la verdad. Hasta consiguieron que la dependienta de uno de los puestecitos me hiciera un buen descuento. Conseguí todo lo necesario lo más rápido posible para volver cuanto antes a la oficina y que me ayudaran a dejar la oficina decorada  antes de que tuvieran que volver a sus ocupaciones habituales. Cosa que hicieron con una rapidez pasmosa. ¡Qué coordinación! Sólo tenía que indicar dónde iba cada adorno y ellos se encargaban de todo lo demás. En un periquete la oficina parecía otra, más bonita y glamorosa. ¡¡Que haríamos sin nuestros amigos los bomberos!!! ¡¡¡Qué manera de subirme el “espíritu navideño”!!! Tanto que me he puesto a cantar All I want for Christmas a grito pelao. No sé si se han dado por aludidos, supongo que deben estar acostumbrados a ser objeto de deseo colectivo. Pero tienen que volver al parque, navidad suele ser una época complicada también para ellos, con tantas luces, velas y adornos, raro es el día que un cortocircuito no les complica el turno. Así que los despido asegurándoles que están en la lista de los chicos buenos de Santa Claus (vale, y en la mía también, pero eso me lo guardo para mí). 

Pero hay una cosa que me escama, en todo el tiempo que hemos estado liados con la decoración navideña, el agente Rabbit ha brillado por su ausencia. Y sobre su mesa seguían las galletas tal y como las dejé a primera hora de la mañana. Y eso era muy, muy raro. Estaba empezando a preocuparme. No es habitual en él. Quizás se ha sentido intimidado por la presencia de los bomberos en las oficinas, o quizás haya decidido vigilar el almacén del por… digo de pruebas por si acaso se nos colaba alguno de los nuevos reclutas con la excusa de decorar a fondo toda la oficina y desaparecía uno de nuestros activos más preciados. ¡El agente Rabbit se toma muy en serio su labor de guardián de nuestro almacén!

 

                                                                -?-

Pero han pasado horas y nadie lo ha visto en todo el día. He preguntado a todos los compañeros, y nadie lo ha visto desde ayer tarde. Rasudoque me confirma que lo dejó en su cubículo repasando material del archivo. La verdad, no pensaba indagar qué tipo de material, en este caso prefería teorizar sin pruebas (y no me equivocaría). Desde entonces no se sabe nada de él.

Convenzo a Rasudoque para que revise las cámaras de vigilancia mientras yo cojo mi maletín y proceso el escena… quiero decir, el cubículo donde suele pernoctar el agente desaparecido.

He procesado escenarios menos desagradables que ese cubículo, pero por suerte ya estaba empezando a curtirme en la no tan agradable tarea de recopilar pruebas y había aprendido un truco para evitar los malos olores que surgían de la madriguera de Rabbit. Siempre llevaba en mi bolso un tarro de vicks vaporub, no sólo por su eficacia, también me traía buenos recuerdos de uno de los casos en los que había participado. Todo parece en orden, si eso es posible en un antro tan desordenado. La gabardina y el sombrero siguen allí. Con las temperaturas tan bajas que hemos tenido estos días es imposible que hubiera salido sin ellos. No encuentro evidencias de sangre ni fibras extrañas. Los pelos que hay por todo el lugar son del agente Rabbit. Nada me lleva a sospechar que alguien más estuviera allí. Lo único que llama mi atención es un rastro de migas que se aleja del lugar… me recuerda demasiado a uno de los cuentos infantiles que más han poblado mis pesadillas: la casita de chocolate.

Sigo el rastro, que se adentra en el almacén de pruebas. Aunque conforme avanzo se me hace difícil distinguir las migas de galleta que ha ido dejando nuestro guardián del resto de suciedad del almacén. Cuando lo encuentre pienso tener una buena charla con él sobre su idea de la higiene en general y en su puesto de trabajo en particular. Este año de regalo del invisible le cae una buena fregona, su cubo correspondiente y un lote de lejías. El rastro me lleva a un callejón sin salida. Literalmente. He llegado hasta un espejo que ni siquiera sabía que estuviera allí. Creo que es la vez que más me he adentrado en ese condenado almacén. Y creo que es la única vez en la que no he empezado a hiperventilar por culpa del polvo que se acumula en él, y menos mal porque con las prisas no he cogido el inhalador. El rastro de galletas muere allí. O había acabado de comerse las galletas, o el agente Rabbit se había vaporizado. Observo el espejo con atención. El marco es de madera de pino, natural y sin barnizar. Observo unas pequeñas marcas, como si alguien se hubiera agarrado a él con fuerza y le hubieran arrastrado. Pero no es una puerta, es un espejo sólido. Palpo cada centímetro del marco por si hay algún tipo de resorte y se trata de un pasadizo secreto que desconocíamos, pero no, el espejo sigue fijo en su lugar. Dicen que si descartas todo lo posible, lo queda por improbable que parezca es la solución. Y sólo me quedaba el espejo. Parece antiguo, la superficie reflectante está un poco desconchada en algunos rincones. Limpio y brillante como una patena. ¿Limpio y brillante? ¿En un almacén donde la limpieza “brilla” por su ausencia? Lo observo con mucha atención y no se ve ni una sola huella, ni una mancha, nada. Sólo mi reflejo. Menos mal, casi he temido no verme reflejada en él, no descartaría un pariente transilvano que explicara mi afición por las morcillas de cebolla,  todo tipo de embutido negro y mi odio visceral a todo lo que lleve ajo. Pero no parece que refleje nada anormal. Pero mi vista está últimamente muy entrenada para ver lo que los demás no son conscientes de ver y aunque el reflejo parece ser el que correspondería a la posición e inclinación del espejo, hay una mínima variación. ¿Desde cuándo un espejo tiene reflejo propio? No sé porqué se me ocurre hacer una estupidez como ir a coger uno de los legajos “fantasma”. Pero cuando espero golpearme la mano con el cristal, ésta lo atraviesa limpiamente como si en lugar de algo sólido, el espejo estuviera hecho de un fluido viscoso y denso, algo parecido al mercurio.

No me lo pienso o sé que me arrepentiré. Me adentro en el otro lado del espejo. Me siento como Alicia buscando al conejo blanco o mejor, como Neo después de tomarse la pastilla roja, pero no hay vuelta atrás. Así que para infundirme valor me digo: ¡Adelante, siempre adelante!

El lugar podría ser mellizo de nuestro almacén solo que con antiguos legajos en las estanterías en lugar de nuestro valioso y apreciado porno, también está más limpio, lo que me facilita poder seguir el rastro de migas que sigue dejando nuestro querido Jack Rabbit. Lo que me lleva a preguntarme cuántas galletas ha conseguido agenciarse. Me temo lo peor, tanto azúcar procesado no puede ser bueno para él. Aparto los malos presentimientos, no van a ayudarme a encontrarlo antes.

A pesar del rastro que va dejando, algo en ese lugar extraño me tiene desorientada. Será su distribución, completamente diferente de la de nuestro almacén, o simplemente que el sentido de la orientación no es uno de mis superpoderes. Creo que el móvil tiene una aplicación que sirve de brújula, pero ni siquiera puedo abrirla, el móvil hace un fundido a negro y no hay manera de resucitarlo. Una decisión muy inteligente, Jengibre, me regaño a mí misma. En lugar de avisar a mis compañeros, me he metido por un espejo sin decir nada a nadie ni dejar ni una mísera pista.

Ahora no solo tengo que encontrar al agente Rabbit también he de encontrar como salir de donde quiera que nos hayamos metido. Respiro hondo para tranquilizarme y no empezar a hiperventilar. El lugar en sí es más un laberinto que un almacén. Un laberinto de pasillos y estantes sin orden ni concierto. Sin ventanas y sin apenas ventilación por el olor cerrado y a polvo de siglos. Casi creo que Nicolás aparecerá tras cualquiera de esas estanterías con un pesado legajo en las manos. A él seguro que le encantaba este lugar. La iluminación es muy tenue y proviene de lamparillas votivas con alguna sustancia de aspecto oleoso que no puedo identificar. Tiene un olor como dulzón, extraño. No sé qué me pasa, generalmente mi olfato es finísimo, pero me siento como embotada, una pesadez me invade y se me cierran los párpados. Lo último que escucho antes de perder la consciencia es una especie de salmodia monocorde y repetitiva.

 

                                                                                     —?—

-Jengibre. Jengibre despierta.

Escucho una voz que me llama, creo que es Parmacenda, pero no estoy segura. Me duele la cabeza y mis ojos se niegan a abrirse. Siento unos toquecitos en mi hombro y la voz vuelve a llamarme. Pero sigo como atontada. Por suerte el aire trae un aroma muy especial y conocido, un olor capaz de resucitar a un muerto. Lo reconocería en cualquier dimensión temporal en que estuviera. ¡¡¡Café!!! Y no uno cualquiera, se trata de la mezcla especial del Profesor Boniatus, esa que tomábamos tras las fiestas fin de caso. Esté dónde esté no puede ser tan malo si hay café de Boniatus.

-Chicos, no os preocupéis. –La voz de Boniatus es tan inconfundible como el aroma de su café. –Jengibre va a despertar en tres, dos y u…

Esta vez mis ojos me obedecen y se abren. Estoy en mi despacho y a mí alrededor está toda la junta directiva al completo. Me siento muy confundida. Lo último que recuerdo es un laberinto antiguo y tétrico al que llegue siguiendo el rastro de Jack Rabbit.

-Esto… ¡¡¡el agente Rabbit ha desaparecido!!! He intentado seguir su rastro, pero al atravesar el espejo, en el laberinto… las lámparas deben tener algún tipo de narcótico porque perdí el conocimiento. Pero no tenemos tiempo que perder, creo que ha comido más galletas de las que debería y puede estar en peligro.

-Respira, Jengibre. –Jack se acerca con uno de mis inhaladores. Últimamente estoy escuchando mucho esa frase. –El agente Rabbit está bien. No te preocupes por él. Ahora me preocupas más tú. ¿No crees que estés abarcando demasiadas cosas? ¿Cuándo fue la última vez que dormiste más de 4 horas? ¡Te has quedado dormida de tal manera que temíamos que te hubieras convertido en la Bella Durmiente! Y que quieres que te diga, quizás sí que una siestecita de 100 años te habría venido de perlas para recuperarte, pero que quieres que te diga, no puedo prescindir tanto tiempo de tu departamento. Estaba a punto de llamar a los bomberos, pero ha llegado Boniatus y ese café milagroso suyo. Así que bébete el café antes de que se enfríe. Te esperamos fuera.

Le hago caso y me tomo el café antes de que se enfríe. Siento la cafeína correr por mis venas despejando la niebla que sumía mi cabeza. Empiezo a recordarlo todo. Sobre mi mesa está abierto el ejemplar de “Alicia a través del espejo” de Lewis Carroll que compré para regalar a mi sobrina. Debí quedarme dormida y mi imaginación hizo el resto. Junto a él abierta por la página del día de hoy está mi agenda. En ella un único apunte, nuestra comida de Navidad.

Pero aunque el café hace milagros con las nieblas de mi cabeza, no hace lo mismo con mis huesos que tras una noche de pesadilla están anquilosados. Por no hablar del look arrugado y descuidado que tengo ahora mismo. Debería ir a casa a cambiarme pero no hay tiempo. Por suerte recuerdo que siempre tengo algo de ropa en el despacho. Tendrá que servir.

Pero antes quiero comprobar una cosa. Busco mi maletín, ese en el que guardo todo lo que necesito para mis escenarios. Pero no lo encuentro. No aparece por ningún sitio. Ayer estaba en el estante donde siempre lo dejo. No sé por qué, pero sé dónde está. Así que me dirijo al almacén de pruebas, donde un rastro de migas de galleta me lleva hasta un espejo que ni siquiera recordaba que estuviera allá. Junto a él encuentro mi maletín, abierto como si estuviera procesando un escenario. Pero, si todo ha sido un sueño ¿cómo ha llegado allí mi maletín?

Off-topic: Poirot cumple 100 años.

Es curiosa la forma en la que funciona nuestra mente. Todos tenemos metas, nos marcamos objetivos que queremos conseguir. No importa el motivo que tengamos para ello, eso cuando hay un motivo pues la inmensa mayoría de las veces ni si quiera somos conscientes de tenerlo. A veces ni siquiera sabemos por qué nos marcamos esa meta y no otra. Casi siempre sólo nos centramos en alcanzarla. Como si ese fuera el fin único de nuestra existencia. Casi nunca pensamos en qué pasará cuando lo hayamos logrado. Que suele ser cuando realmente empieza a complicarse la cosa, el momento en que suele desaparecer el suelo bajo tus pies.

Eso es lo que me había pasado a mí. Desde que crucé el umbral de las “viejas” oficinas  de La Sociedad del Misterio, un poco cortada y con un millón de grillos en mi estómago, mi objetivo (además de organizar las fiestas fin de caso más locas y surrealistas y estrechar lazos con el cuerpo de Bomberos) siempre fue cerrar tres casos y conseguir la preciada y soñada jefatura de departamento. Pero nunca pensé en qué pasaría cuando la hubiera alcanzado… y ¡¡¡mira que he tenido tiempo para pensarlo bien!!! He tardado tanto en lograrlo que parece un contrasentido no haber trazado un plan de contingencia para cuando llegara mi tan ansiado ascenso.

Así que ahora me encuentro un poco descolocada. Por un lado vacía, con la sensación de fin de ciclo. Por otro lado un incipiente y paralizador pánico escénico, acongojada ante el reto y temiendo no estar a la altura.

Todo eso gira en mi mente mientras intento mantenerme ocupada. Para ello nada como trasladar mis cosas y redecorar mi espacio en el despacho que compartiré con el Profesor Boniatus. Nada como desembalar cajas y cajas para mantener tu mente en blanco.

En eso estoy cuando tropiezo con uno de los kits de recogida de pruebas nuevos que he pedido por Ali Exprés. Consigo evitar la caída pero la caja que llevo en las manos traza una parábola perfecta, esparciendo su contenido por todo el despacho. Libros en su mayor parte, casi todos ellos de mí preciada colección de novelas de Agatha Christie.

Recojo el que tengo más cercano, El Misterioso caso de Styles. Mi viejo y querido ejemplar de la Editorial Molino. Lo abro con cuidado, con reverencia, como si de un incunable se tratara. Paso sus páginas y una fecha llama mi atención… 1920, la fecha de su primera publicación. ¡¡De eso hace ahora 100 años!!

Mi mente empieza a girar a más revoluciones de las que lo suele hacer habitualmente. Una efemérides así debe ser celebrada como merece.

El Misterioso caso de Styles es el primer libro que se publicó de Agatha Christie. También es el primer caso de Hércules Poirot, el excéntrico detective belga, con su baja estatura, su cabeza de huevo y un impresionante bigote que es su mayor orgullo. Pomposo y de modales remilgados. Venera la simetría, la limpieza, las comodidades, la calefacción central y la línea recta. Ordenado y metódico, Poirot impresiona a todos con la utilización de sus  “pequeñas células grises” para resolver los casos más complicados. Bueno quizás no impresione a todos, me temo que, por lo menos no a nuestro querido inspector jefe. Nadie es perfecto… ni siquiera Hércules Poirot.

Poirot protagonizó 41 novelas. La última de ellas es Telón. Publicada en 1975 pero escrita en los años 40, es el último caso de Poirot. Literalmente, pues muere en el transcurso de la novela. En ella un Poirot  envejecido y muy enfermo del corazón vuelve a la mansión de Styles, lugar donde se desarrolla su primera novela, para atrapar al asesino “perfecto”. 

La popularidad del personaje fue tanta que es el único personaje de ficción del que se ha publicado un obituario en el New York Times. Fue el 6 de agosto de 1975.

«Hercule Poirot Is Dead; Famed Belgian Detective; Hercule Poirot, the Detective, Dies» («Hercules Poirot está muerto; afamado detective belga»; Hércules Poirot, el detective, muere»)

Hacia 1930, Agatha Christie encontró a Poirot «insufrible» y, hacia 1960, sintió que era «detestable, ampuloso, pesado, egocéntrico». Sin embargo, el público lo amaba. Yo misma había caído bajo su influencia desde que era una niña. Lo que no deja de ser curioso pues nunca he sido ni metódica ni ordenada. Donde él es orden yo soy puro caos. Pero gracias a él mis pequeñas células grises son menos grises.

Soy consciente de que La Sociedad del Misterio es fundamentalmente holmesiana. Pero creo que la Dama del misterio ha contado con algunos fieles entre las filas de nuestros investigadores. Recuerdo a algunos: Lilly Christie, Hércules Poirot o J.Marple entre otros.

Casi sin ser consciente de ello empiezo a organizar la celebración de este aniversario como si de una fiesta fin de caso se tratase… Veo que hay cosas que no han cambiado. Quizás tenga que empezar a dejar de teorizar sin pruebas, a veces los grandes sueños exigen grandes sacrificios. Pero, renunciar a una buena fiesta… ¡¡¡eso jamás!!!

Pero necesito vuestra colaboración. Voy a pediros un pequeño reto. Uno facilito, que todavía llevo la L cosida en la gabardina (aunque sea de Burberry’s). Me gustaría que hagáis un pequeño ejercicio de memoria, porque seguro que todos tenemos alguna novela de Agatha Christie que nos ha marcado tanto para bien como para mal, que como las meigas “haberlos, hay los” y no quiero mirar a nadie…

Cómo el movimiento se demuestra andando, empezaré compartiendo la mía. Para mí es muy difícil quedarme sólo con una novela de la Dama, por dos motivos. Primero porque soy dual, es decir si se me plantea una elección nunca elegiré sólo una. Está demostrado científicamente, soy incapaz. El segundo motivo es obvio, para una fan absoluta elegir tan sólo una (o dos) novela de alguien con una bibliografía tan prolífica es casi imposible. No diré que todas sus novelas sean candidatas al Nobel, algunas son bastante normalitas. Pero hay un buen puñado de novelas inolvidables. Haré un sobre esfuerzo para cumplir con las normas que yo misma he impuesto y elegiré solo una.

Siempre he dicho que amé el género policial y la novela negra gracias a Muerte en las nubes. Pero me he dado cuenta de que la edición que tengo no cuadra con la fecha en la que me regalaron la primera novela de Poirot. Tenía 8 años, recién cumplidos pues se trataba de un regalo de cumpleaños, así que tuvo que ser Poirot investiga o Los trabajos de Hércules. Uno de esos libros que recopila varios casos cortos. Pero si hay algo relativo (además del tiempo) es la memoria humana. No sé porqué en mi mente a quedado ligado Muerte en las nubes con la primera novela leída. Supongo que debe ser porque fue la primera novela con un solo caso que leí. No lo sé. Ni siquiera es la mejor de Poirot. Por no decir que ni siquiera estaría en mi top 5 de novelas favoritas de Christie. Pero estoy segura que si mi memoria se convirtiera en un queso emmenthal, lo último que olvidaría sería esa novela.

La novela transcurre en un avión, el Prometheus en el que Poirot viaja desde París hasta Croydon. Un rato antes de aterrizar, uno de los pasajeros, Madame Giselle – una prestamista – aparece muerta. En un principio se cree que la causa de su muerte es la picadura de una avispa, pero Poirot descubre la causa real: un pequeño dardo envenenado, aparentemente disparado desde una cerbatana. Giselle ha sido asesinada. Y hasta ahí puedo leer… El asesino tiene que estar entre los pasajeros del avión, pero ¿cómo logró el asesino disparar la cerbatana sin que los demás pasajeros lo vieran? ¿Queréis resolver el misterio? Pues ya sabéis, Muerte en las nubes es vuestro libro…

Un último dato curioso sobre la novela. Agatha Christie aparece en la serie Doctor Who, en el séptimo episodio de la 4ª temporada titulado El unicornio y la avispa. Con David Tennant como el décimo Doctor ( y mi favorito).

¿Os animáis, compañeros?

Off-Topic: ¡La Sociedad del Misterio vuelve a los Premios 20Blogs!

Damas y caballeros…

La Sociedad del Misterio ha vuelto. Y después de tres ascensos en sólo tres casos, con Sala de Archivos, con openings y fondos de pantalla, con nuevo sistema de Reputación, con Dyogenes Consulting, creo que podemos decir que hemos vuelto por todo lo alto.

Ya es hora de la que la Blogosfera se entere de nuestro regreso.

Así pues, este año VOLVEMOS A LOS PREMIOS 20BLOGS. Ya estamos oficialmente inscritos y admitidos a concurso, y entre el 14 de Diciembre y el 28 de Enero nuestras puertas estarán abiertas de par en par para los votantes del concurso. Si ganamos, tendremos un bonito galardón en nuestro haber; pero aunque no ganásemos, vamos a darnos a conocer a otros bloggers. Quién sabe, quizás de esta experiencia nuestra plantilla se vea aumentada, ¿no os parece?

Dicho esto… Como ya comprenderéis, si vamos a hacerlo lo vamos a hacer bien. A la vista de que la Sala de Archivos funciona correctamente, ya podemos ponernos a actualizarla con los informes que faltan. Y si me da tiempo, tendremos al menos uno o dos temas más de la Banda Sonora en breve. Aparte estamos mirando algunas nuevas mejoras que podríamos implementar a nuestra dinámica de trabajo. Pero aunque la Sociedad del Misterio fuese una idea mía… no sería lo que es sin sus investigadores (no, en serio, algo tan emblemático como las fiestas post-caso no se me habría ocurrido a mí ni en un millón de años).

Así que quiero saber qué opináis. Ya os lo dije al empezar y ahora insisto: si encontráis algo que se pueda mejorar, o si echáis en falta algo que debería estar, o si simplemente algo no funciona como debería, éste es el momento perfecto para hacerlo saber. Porque de aquí al 14 de Diciembre queremos dejar la Sociedad del Misterio reluciente. Y ¿cómo podría no quedar reluciente, con las mentes brillantes que la pueblan?

Espero vuestros comentarios.

Off-Topic: Estas fechas tan señaladas

Bueno, equipo… parece que el elemento criminal se ha quedado en casa con la familia. O eso, o han decidido dejarse coger por la policía con facilidad, como regalo… El caso es que parece ser que estamos de vacaciones.

No os preocupéis, la Sociedad del Misterio no ha cerrado sus puertas, estamos atentos a cualquier caso que nos pudiera entrar. Entretanto, puedo aseguraros que no me he quedado de brazos cruzados: os estoy preparando unas cuantas sorpresas que, aunque por desgracia no voy a conseguir que estén listas para primeros de año, sí que os puedo asegurar que empezarán a llegar poco a poco a partir de entonces. Y una de ellas, creo, os va a resultar, digamos… interesante.

Hasta entonces, disfrutad de estos días de vacaciones con los vuestros; relajad esas células grises que tanto os gusta ejercitar, para tenerlas recargadas al cien por cien cuando nuestra clientela nos vuelva a necesitar; y disponeos a dar la bienvenida a un nuevo año lleno de intrigas y misterios por resolver. A un nuevo año al que, como hemos hecho con éste, podremos ayudar a ser cada día un poco mejor.

Felices fiestas a todos, y un próspero año nuevo.

Off-Topic: Llamada a las urnas… por dos frentes distintos!

Buenas tardes, equipo.

Permitid que aproveche hoy esta entrada en la Sociedad del Misterio para pedir vuestro voto… en dos frentes distintos a la vez. Tenemos hasta septiembre para ponernos en cabeza, así que vamos al grano.

El primer frente es posible que ya lo hayáis visto. En la columna de la izquierda tenéis un enlace a nuestra ficha en el concurso 20Blogs. De momento no se ha registrado ningún voto, Zalaya me ha dicho que él está teniendo problemas para votar, así que… los que ya lo hayáis intentado, ¿podríais avisar por los comentarios para que sepa si es que está habiendo algún problema con los votos? Que quizás debería ponerme en contacto con la organización del concurso para intentar solucionarlo.

Con respecto al segundo voto…

… a ver, esto es algo un poco más off-topic de lo normal, pero sólo un poco. Alguna vez os he comentado mi vinculación con el mundo de la publicidad, ¿no? Pues quisiera pedir vuestro voto para un certamen creativo de Cerveceros de España en el que he participado. Me haríais un enorme, ENORME favor, si cada día os pasáis por aquí y por aquí y me votáis… Como ya os he dicho, se puede votar una vez al día desde una misma cuenta, así que ya os digo que me haríais un favor enorme. En la categoría de video estoy entre los cuatro primeros, ¡creo que hay posibilidades!

De todas formas entiendo que esto último os puede parecer un poco fuera de lugar. A fin de cuentas, esto es la Sociedad del Misterio, no Cerveceros de España. Pero si me permitís que os muestre primero el video en cuestión…

… podréis ver a los tres «actores» del anuncio: Virginia, Vórtice Marxista, y vuestro humilde servidor 😉

¿Veis? ¡Al final todo queda en casa!

Off-Topic: Un pequeño regalito

Buenas noches, equipo.

He estado preparando esto desde hace ya algún tiempo. Y en realidad aún no está terminado, de hecho le falta mucho para estarlo… pero quería que tuvierais una pequeña muestra. Un regalito para mis investigadores, por así decirlo. En la columna de la izquierda podréis ver que, justo encima de las Reglas del Investigador, se ha añadido un pequeño reproductor multimedia. No es ni mucho menos lo único que os estoy preparando, pero para empezar… ahí tenéis el tema principal de la que será nuestra propia BANDA SONORA ORIGINAL.

Esto no os lo esperabais, ¿verdad? 😛 Habrá más temas, dadme tiempo, estoy teniendo algunos problemas con la orquesta; pero así para empezar, ¿qué os parece el estilo del tema principal?

ACTUALIZACIÓN: Bueno, según parece hay problemas con el tema musical y con su reproductor. Por el tema del reproductor sólo puedo decir que está en flash, así que quizás tengáis que actualizar el plug-in. Pero por si acaso, y como me temo que me esperan un par de días algo liado y no sé cuánto voy a tardar en poder arreglar el reproductor… No quería hacerlo así, y más tarde o más temprano prometo tener el reproductor funcionando, pero hasta entonces podéis descargaros directamente el tema principal aquí.

Si pudiera comprobar alguien el enlace antes de las cuatro de hoy, me haríais un favor, la verdad 😉 Y una vez más, perdón por el contratiempo!

Off-Topic: Estamos en precampaña

Damas, caballeros…

… como ya anuncié en los comentarios del caso anterior, tengo algo que anunciar. Y es algo que ya vine a anunciar el año pasado, más o menos por estas fechas (algo más tarde, de hecho), y también en un off-topic. ¿Habéis caído ya?

La Sociedad del Misterio va a presentarse a concurso por segundo año consecutivo.

Así es. Ya se ha abierto el plazo de inscripción para los Premios 20Blogs, así que nuestra candidatura ya ha sido presentada. Aún estamos pendientes de que La Sociedad del Misterio sea admitida a concurso, os mantendré informados con las novedades.

Pero claro, los más veteranos del lugar ya recordarán que el año pasado hubo algo más. Bitacoras.com ya parece estar sondeando la blogosfera para ir viendo qué se van a encontrar… todo parece indicar que se acerca la nueva edición de sus premios, pero parece que aún quedan un par de meses. Con todo, podéis contar con que estaremos allí cuando eso ocurra.

Vuestros jefes de departamento y yo reconocemos vuestro excelente trabajo en cada caso. Pero creo que ya va siendo hora de que sea un jurado (o dos) quien nos diga cómo lo estamos haciendo, ¿no os parece?

¡Os mantendré informados!

(ah, y por cierto… en respuesta a la conjetura de David, diré que ya estoy estudiando en serio la opción del foro… pero que como entenderéis ahora mismo no tendría mucho sentido ;P)

Off-Topic: La Sociedad del Misterio tiene un nuevo activo

Ante todo, os debo una pequeña disculpa. Quería poner esto antes, pero he tenido unos días un poco «raros», llamémoslo así, de los que espero comprendáis que no voy a hablar por aquí. El tema está zanjado y prefiero dejarlo atrás.

Pero bueno, ahora que tenemos tiempo… Me gustaría comentaros que, hace algunos días (unos cuantos, ya, de hecho), mi señora y yo cumplimos nuestro primer medio año juntos. Una ocasión especial, sin lugar a dudas… es la primera que me aguanta seis meses.

El caso es que intercambiamos regalos ese día. Podéis imaginaros mi sorpresa cuando descubrí que uno de los regalos que ella me hacía… aunque era para mí, a ver… en cierto modo, era compartido para la Sociedad del Misterio.

Así es, damas y caballeros… TENEMOS MASCOTA:

¿A que es adorable? ¡Y la lupa funciona de verdad! Además me parece la mascota perfecta para la Sociedad del Mistero; primero, porque somos detectives, como él; y segundo, porque tenemos un montón de cajas de porno (y él es un conejito, así que…)

El problema, compañeros, es que mi señora y yo no termianmos de decidirnos por un nombre. De hecho, tenemos unas cuantas opciones… y nuestro buen Boniatus ha tenido a bien añadir algunas más a la lista. Así que hemos pensado, qué coño… que vamos a proponer esos nombres y os vamos a dar una semanita para que votéis. Si tenemos un empate, habrá una segunda votación para desempatar, y así hasta que nos quedemos con un nombre. Y por supuesto, si tenéis alguno más que añadir a la lista… bueno, lo haremos así, de momento iros pensando cuál de los cuatro que proponemos os convence más, y tenéis hasta el miércoles para proponer nombres nuevos; en ese momento se abrirá la votación con los nombres que haya.

Bien, vamos allá. Los candidatos a nombre de la mascota de la Sociedad del Misterio son:

1- Jack Rabbit
2- Kamikaze Sweety
3- Humphrey Bunny
4- Akacito (éste lo ha propuesto Boniatus)

¿Sugerencias?

Off-Topic: Llamada a las urnas

Sé que esto es un poco off-topic, pero creo que puede valer la pena.

Damas, caballeros, se ha abierto el plazo de inscripción para (que yo haya encontrado al menos) dos concursos de blogs: los Premios Bitácoras y los Premios 20Blogs.

La Sociedad del Misterio empezó como un experimento, a ver si funcionaba. A día de hoy, ya casi llevamos un año de andadura, así que creo que podemos afirmar que la cosa va bien. Sabiendo esto, me gustaría que nos presentáramos a alguno de estos concursos, si no a los dos. ¿Os imagináis que ganamos en algo? ¡Sería un buen regalo de cumpleaños!

Esto es lo que he averiguado por el momento:

– CATEGORÍAS: En los Premios Bitácoras es el público quien decide para qué tres categorías va a votar a un mismo blog. De entre las categorías que hay para elegir, yo las únicas que veo viables para La Sociedad del Misterio son «Blog Revelación», «Blog Personal» y «Blog Cultural». Si alguien ve alguna más adecuada, que lo diga, pero si todo el mundo vota en las mismas tres categorías supongo que ganaremos más peso en esas tres 😉 En los Premios 20Blogs, por otra parte, hay que elegir en qué categoría (una sola) se inscribe el blog… así que si alguien tiene alguna sugerencia, estoy dispuesto a escucharlas.

– INSCRIPCIÓN: En Bitácoras tenemos hasta el 7 de octubre (de cualquier manera yo nos inscribo ya). En 20Blogs, hasta el 12 de Octubre.

– VOTACIÓN: En Bitácoras se puede votar a un mismo blog para tres categorías distintas, pero sólo se lo puede votar una vez. En una misma categoría, cada votante puede elegir tres blogs distintos. En 20Blogs sólo se puede votar a un único blog por cada categoría. Los plazos de votación van desde ya hasta el 7 de octubre (Bitácoras) y desde el 15 de octubre hasta el 2 de noviembre (20Blogs).

A la izquierda podréis ver ya el botón para votarnos en Bitácoras. En cuanto a alguien se le ocurra una categoría a la que presentarnos para el 20Blogs nos inscribo.

¡Deseémonos suerte!